Esta comunicación aborda, a través del análisis de la obra del arquitecto danés Jørn Utzon (1918-2008) en Mallorca, la síntesis entre la tradición mediterránea y la arquitectura nórdica. En los dos refugios insulares que construye en Mallorca, Can Lis en Porto Petro (1971-1973) y Can Feliz en S’Horta de Felanitx (1972-1994), levanta una obra que concilia la sabiduría de la construcción vernácula con los planteamientos modernos. Para Utzon, la costa mallorquina y la tradición cultural insular constituye un importante hallazgo. Al borde de un acantilado rocoso en la costa sur de Mallorca, Can Lis se distribuye en una sucesión de cinco cuerpos articulados que alojan el programa doméstico. Los pabellones se adaptan a la topografía del sitio y establecen una secuencia indirecta de patios, porches adintelados y terrazas porticadas frente al mar que reinterpretan las construcciones mediterráneas de la Antigüedad. La estancia mirador se concibe como un gran espacio excavado que multiplica la presencia del mar a través de un frente de profundas ventanas abocinadas. Con una sensibilidad empírica hacia la tradición constructiva y los materiales locales, Utzon adopta el marés como material predominante, en sintonía con una nueva vertiente de la arquitectura moderna española que, según Domènech Girbau, muestra «el realismo y el empirismo de los materiales naturales y opacos frente al abstractismo y a la modulación de lo artificial y vítreo». Can Feliz se implanta sobre una plataforma aterrazada que asume el desnivel topográfico y organiza una secuencia porticada de espacios intermedios. El perfil escalonado de las cubiertas inclinadas y la ordenación regular y compacta de las estancias evoca la arquitectura popular mallorquina. Esta aproximación empírica al contexto insular trata de reinterpretar para el acervo moderno los sistemas constructivos de la construcción vernácula.