La exposición «Architettura Rurale nel Bacino del Mediterraneo», co-comisariada por el arquitecto Giuseppe Pagano en la Triennale di Milano de 1936, puede considerarse como un hito en la valoración de la arquitectura rural. Pagano amplió su propuesta por medio de artículos teóricos, fundamentalmente desde su puesto de director de la revista Casabella, así como con fotografías y proyectos de arquitectura. En ellos desarrolló una idea de arquitectura rural mediterránea como obra comunitaria, reflejo de la honestidad y la verdad que aporta la tierra. La presentó como un ejercicio estético y racional de primer nivel, conectándola directamente con el funcionalismo de los arquitectos más avanzados del movimiento moderno. Pese a enmarcarse en el contexto fascista, y no siento ajeno a él, Pagano fue capaz de ir más allá de las ideas preestablecidas, de profundizar en cuestiones estéticas y funcionales, para generar un enfoque complejo y moderno sobre la arquitectura rural mediterránea. Este trabajo reconoce las propuestas más reveladoras del elogio de lo rural hecho por Pagano, las contrasta con el ideario fascista del momento y las pone en relación con exposiciones posteriores tan relevantes como “Architettura Spontanea”, de 1951, y “Architecture without architects”, de 1964.