La presente comunicación propone el análisis de dos casas proyectadas por Antonio Bonet (1913-1989) en la costa mediterránea para el mismo promotor, José Luis Rubio. Una casa situada en Cap de Salou, Tarragona (1959) y la otra casa en La Manga del Mar Menor, Murcia (1966).
Si la casa de Salou se esconde en un acantilado, la de Murcia se encuentra en un “paisaje excesivamente abierto y soleado” según Bonet. Más que una forma final, se proponen unas leyes de organización a través del procedimiento abstracto del proyecto. Patrones que lleven implícito un sistema de crecimiento.
En Salou, debido a la topografía, tomará importancia la condición tridimensional, siendo el triángulo la figura dominante. Bonet prescinde del programa clásico que separa las zonas de noche y día, invirtiendo el uso: la parte enterrada se dedica al descanso, y la elevada se destina a la vida activa.
En Murcia, la casa forma un entramado modular, de extensión horizontal, que define diversos ámbitos y que tiene en la forma de la cubierta su presencia formal más expresiva. El módulo funciona individualmente, pero al unirse adquiere funciones nuevas y propiedades más complejas.