El pueblo de Calahonda es resultado del encuentro de dos actividades productivas: la pesca y la agricultura. En el siglo XVIII, se consolidó un asentamiento pesquero que sería el puerto natural de Motril hasta principios del siglo XX. Junto a este núcleo urbano, se implantó, en 1960, una colonia independiente vinculada al campo agrícola de los llanos de Carchuna, un paisaje delimitado por las estribaciones de la sierra de Lújar que fue objeto de una importante transformación comprendida dentro de la política territorial de desarrollo de suelos agrícolas llevada a cabo por el Estado a partir de la década de 1950. El nuevo conjunto urbano construido en Calahonda es un pequeño pueblo de colonización para veinte familias de agricultores ubicado dentro de la nueva estructura agrícola parcelaria que se extendió entre las montañas y el mar. Esta intervención y otras posteriores han dado lugar a un paisaje mixto donde hoy conviven la agricultura y el turismo en unas condiciones particulares.